Blog

Alopecia en mujeres: causas, diagnóstico y tratamiento

Mujer con alopecia

La alopecia femenina es una condición frecuente que puede manifestarse de distintas formas y tener múltiples desencadenantes.

En este artículo conocerás las causas más comunes, cómo se diagnostica y las mejores soluciones.

¿Qué es la alopecia femenina?

La alopecia femenina es la pérdida de cabello que se caracteriza por un adelgazamiento del cabello o caída en áreas localizadas. Aunque es más frecuente en el cuero cabelludo, también puede manifestarse en otras zonas con vello, como las cejas, las pestañas o las axilas.

Tipos de alopecia en las mujeres

Existen distintos tipos de alopecia, y cada uno se manifiesta de forma particular:

  • Alopecia androgenética femenina: es el tipo más común, también conocido como calvicie de patrón femenino. Se caracteriza por un afinamiento progresivo del cabello en la parte superior, sobre todo en la raya central, que con el tiempo se ensancha y forma el patrón conocido como “árbol de Navidad”.
  • Alopecia areata: aparece de manera repentina y se presenta con áreas redondas sin cabello, tanto en la cabeza como en otras partes del cuerpo. Estas zonas suelen ser lisas, sin enrojecimiento ni dolor, aunque pueden experimentar picazón o una leve sensación de ardor.
  • Alopecias cicatriciales: son menos frecuentes, pero pueden provocar una pérdida definitiva del cabello. Se deben a procesos inflamatorios que dañan los folículos pilosos, dejando cicatrices visibles en la cabeza. En algunos casos, pueden presentarse con enrojecimiento, molestias o cambios en la textura de la piel.
  • Efluvio telógeno: se trata de una caída de cabello difusa y notoria, que suele aparecer tras episodios de estrés, alteraciones hormonales, enfermedades o intervenciones médicas. Aunque no deja zonas calvas visibles, la pérdida puede ser abundante, pero es reversible en la mayoría de los casos.

¿Qué causa la alopecia en las mujeres?

Las causas de la alopecia femenina pueden deberse a múltiples factores, y entender su origen es clave para un diagnóstico y tratamiento adecuados. A continuación, te compartimos las más comunes según el tipo de alopecia:

Factores genéticos y hormonales

La alopecia androgenética está relacionada con una predisposición hereditaria y con aumento en los niveles de andrógenos. En estos casos, los folículos pilosos comienzan a debilitarse progresivamente, lo que genera un afinamiento del cabello y su caída gradual.

Esta condición suele aparecer luego de la pubertad y es más frecuente después de la menopausia. Si existen antecedentes familiares, el riesgo es aún mayor.

Alteraciones del sistema inmunológico

En la alopecia areata, el sistema inmunológico reacciona de manera errónea y ataca los folículos pilosos sanos, generando zonas redondeadas sin cabello.

Aunque su origen no está del todo claro, muchas veces se asocia a un trasfondo autoinmune y puede verse potenciada por situaciones de estrés. Afecta tanto a mujeres con antecedentes médicos como a aquellas sin ningún diagnóstico previo.

Estrés físico o emocional

El efluvio telógeno puede aparecer luego de una intervención médica, una enfermedad con fiebre alta, el posparto, una pérdida de peso repentina o un período de estrés agudo.

Este tipo de pérdida es difusa, pero suele ser reversible: el cabello vuelve a crecer una vez superado el episodio que la provocó.

Déficits nutricionales y condiciones médicas

Una alimentación desequilibrada o ciertos problemas de salud pueden reflejarse directamente en el cabello. La falta de hierro, por ejemplo, es una causa frecuente de caída difusa, al igual que los trastornos de tiroides o el síndrome de ovario poliquístico.

Otras condiciones como la diabetes, el lupus o infecciones graves también pueden influir. En estos casos, tratar la causa de fondo también es clave para recuperar la salud capilar.

Hábitos cosméticos y daño por tracción

El uso constante de tintes, alisados, planchas, secadores o peinados muy tirantes puede debilitar el folículo y generar lo que se conoce como alopecia por tracción.

Si bien al inicio es reversible, el daño repetido puede dejar secuelas permanentes. Un buen cuidado diario, con productos adecuados y prácticas gentiles, puede marcar una gran diferencia.

Medicamentos y tratamientos médicos

La quimioterapia y la radioterapia, por ejemplo, suelen generar una pérdida capilar temporal pero significativa.

Otros tratamientos como anticoagulantes, anticonceptivos hormonales o antidepresivos también pueden influir. Lo importante es saber que, en la mayoría de los casos, el cabello vuelve a crecer cuando se finaliza el tratamiento.

Si notás alguno de estos factores, en Capilea podemos ayudarte con un diagnóstico personalizado.

Mujer con alopecia

¿Cómo se diagnostica la alopecia en mujeres?

Este proceso lo realiza un dermatólogo o tricólogo a través de una serie de evaluaciones clínicas y estudios complementarios:

  • Historia clínica detallada: se recopila información sobre cómo y cuándo comenzó la caída, antecedentes familiares, estrés reciente, cambios hormonales, enfermedades, medicamentos y cuidados capilares. Esta charla inicial orienta hacia el tipo de alopecia y sus posibles causas.
  • Examen físico: se observa la cabeza con lupa para detectar afinamiento, zonas sin pelo, inflamación, cicatrices o descamación. También puede hacerse una prueba de tracción para evaluar la intensidad de la pérdida de cabello.
  • Análisis de laboratorio: se solicitan estudios de sangre para verificar niveles de hierro, vitamina D, hormonas tiroideas y andrógenos. Identificar desequilibrios ayuda a tratar la causa subyacente y mejorar la salud capilar.
  • Biopsia: en casos poco claros o sospecha de alopecias cicatriciales, se toma una pequeña muestra del cuero cabelludo para analizarla al microscopio. Es útil para confirmar diagnósticos específicos, aunque no siempre es necesaria.

¿Cómo se cura la alopecia en las mujeres? Conoce 7 tratamientos

Existen distintos tratamientos para la alopecia femenina según su tipo. Estos son:

1. Minoxidil

El minoxidil es uno de los tratamientos más utilizados. Su presentación más común es en forma tópica, aplicada directamente sobre el cuero cabelludo para frenar la caída y estimular el crecimiento de nuevos cabellos.

También existe el minoxidil oral bajo supervisión médica, para quienes no toleran bien la versión tópica o no obtienen resultados satisfactorios.

2. Antiandrógenos

Incluyen fármacos como finasteride, ciproterona o espironolactona, indicados en mujeres con desequilibrios hormonales o posmenopáusicas.

Actúan bloqueando los efectos de las hormonas androgénicas sobre el folículo. Su uso debe ser cuidadosamente evaluado por el médico, ya que no todas las pacientes son candidatas.

3. Corticoides

En casos de alopecia areata, los corticoides son el tratamiento de primera línea. Se pueden aplicar en forma de cremas sobre las zonas afectadas o mediante pequeñas aplicaciones locales que reducen la inflamación y estimulan el crecimiento del cabello.

4. Inmunoterapia tópica

Utiliza sustancias como la difenilciclopropenona (DPCP) para generar una reacción controlada en el cuero cabelludo. Esto ayuda a desviar el ataque autoinmune del folículo, permitiendo que vuelva a crecer el cabello.

Se indica en casos de alopecia areata extensos o recurrentes, bajo supervisión especializada.

5. Inhibidores de JAK

Medicamentos como baricitinib, tofacitinib o ruxolitinib se utilizan en alopecia areata severa y resistente a otros tratamientos.

Bloquean vías inmunológicas implicadas en la destrucción del folículo. Debido a sus posibles efectos secundarios, se reservan para casos seleccionados y requieren control médico estricto.

6. Medicamentos inmunosupresores

Se utilizan en alopecias cicatriciales como lupus cutáneo o liquen plano pilar. Ayudan a detener la inflamación y prevenir el daño irreversible del folículo. Incluyen fármacos como hidroxicloroquina, metotrexato o corticoides orales, según el tipo de enfermedad.

7. Trasplante capilar

El trasplante capilar es una opción efectiva para zonas despobladas por alopecia androgenética avanzada o alopecias cicatriciales estabilizadas.

Consiste en trasladar folículos sanos de una zona donante hacia la zona afectada. Los resultados son permanentes y naturales, siempre que se realice en el momento adecuado y con buena indicación médica.

Cada mujer vive la alopecia de manera distinta y requiere un enfoque individual. En Capilea contamos con expertos y tratamientos personalizados. Agendá tu consulta y descubrí el plan más adecuado para tu cabello.

Scroll al inicio